La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena a 42 años y 3 meses de prisión para José Arcadio D. N., conocido como ‘El Melillero’, por el brutal ataque con ácido sulfúrico a su expareja sentimental, S. G. B., y su amiga, C. S. G., ocurrido en enero de 2021 en la localidad malagueña de Cártama.

El TSJA ratifica así la sentencia dictada en diciembre de 2023 por la Audiencia Provincial de Málaga (Sección Octava), que consideró probado que el acusado llevó a cabo un ataque planificado con la colaboración de otros implicados, motivado por celos, violencia de género y una obsesión posesiva hacia su expareja.

Los magistrados mantienen la condena a José Arcadio por dos delitos de asesinato en grado de tentativa (17 años por S. y 16 años por C.), un delito de maltrato habitual (3 años), un delito de acoso (1 año y 3 meses) y dos delitos de amenazas graves (4 años en total). El total asciende a 42 años y 3 meses de prisión, aunque la ley establece un cumplimiento máximo de 25 años.

Condena para dos cómplices

La sentencia, a la que ha tenido acceso 101TV, también condena a Juan José G. R., quien acompañaba al autor material en el momento del ataque, a 32 años y 3 meses de prisión, y a Víctor M. A., responsable de adquirir el ácido, a 10 años de prisión como cómplice. Todos ellos deberán indemnizar de forma solidaria a S. G. B. con 1.103.401,28 euros y a C. S. G. con 312.522,22 euros.

Según los hechos probados, José Arcadio D. N. mantuvo una relación sentimental con S. G. B. entre mayo y diciembre de 2020, durante la cual ejerció un control obsesivo, con episodios de violencia, celos, amenazas e intimidaciones. Tras la ruptura, continuó persiguiéndola, instalando dispositivos de geolocalización en su coche y acosándola tanto a ella como a su entorno.

El 12 de enero de 2021, acompañado por Juan José G., interceptó el coche en el que viajaban S. y su amiga C., y arrojó sobre ellas un litro de ácido sulfúrico al 98% de concentración, previamente adquirido a través de Víctor M. A. El líquido entró por la ventanilla del vehículo, impactando directamente sobre ambas mujeres. José Arcadio se rió mientras las observaba gritar de dolor y huía del lugar.

Quemaduras de tercer grado en el 45% del cuerpo

Las consecuencias del ataque fueron devastadoras. S. G. B. sufrió quemaduras de tercer grado en el 45% de su cuerpo, incluyendo cara, cuello, torso, brazos y piernas. Fue sometida a 12 intervenciones quirúrgicas, perdió gran parte de la visión del ojo izquierdo y padece secuelas físicas y estéticas graves. También fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático. C. S. G., por su parte, sufrió quemaduras en el 20% de su cuerpo y fue intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones. Padece igualmente secuelas físicas visibles y un trastorno de estrés postraumático grave.

El TSJA considera plenamente acreditado que el ataque fue planificado con premeditación y alevosía, rechazando los recursos de apelación de los acusados, que alegaban vulneración de derechos fundamentales, errores de valoración de la prueba y falta de pruebas de cargo suficientes. El tribunal concluye que la declaración de las víctimas, los informes forenses y la investigación policial conforman una prueba de cargo válida y suficiente.

Varios acusados son absueltos de pertenencia a organización criminal y encubrimiento por falta de pruebas

Asimismo, el fallo absuelve a Juan José G. R. y a Víctor M. A. del delito de organización criminal, y a Achraf K., Mohamed El F. y David G. C. de los delitos de tentativa de asesinato, organización criminal y encubrimiento por los que habían sido acusados, al no quedar suficientemente probada su participación directa en los hechos.

Aunque la sentencia aún puede ser recurrida en casación ante el Tribunal Supremo, la resolución del TSJA supone un hito clave en el caso y marca la consolidación de la condena en el ámbito autonómico. José Arcadio D. N. continuará en prisión hasta, al menos, enero de 2033, mientras se tramiten posibles recursos.

El caso ha sido seguido de cerca por organizaciones de apoyo a las víctimas de violencia de género, como la Asociación Clara Campoamor, que ejerció la acusación popular junto al Ministerio Fiscal. La gravedad del ataque y la contundencia de la respuesta judicial lo convierten en uno de los casos más importantes de la lucha contra la violencia machista en España.

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