Un austriaco se hizo el pasado 28 de marzo con el histórico -el mayor de su historia- bote del Euromillones de, ni más ni menos, 243 millones de euros. Sin embargo, después de una semana, el ganador no ha podido cobrar el premio debido a un fallo técnico.

La gran cantidad de apuestas que se registraron el pasado viernes dio lugar al colapso de Française des Jeux (FDJ), encargado de la lotería nacional de Francia. El mismo día del sorteo, de hecho, se registraron hasta 66 millones de apuestas entre los países europeos en los que se jugaba el Euromillones.

Tal cantidad de apuestas provocó retrasos, fallos en la validación de los boletos y los problemas a la hora de cobrar a los premiados. Normalmente, en España se conocen los resultados del sorteo tan sólo una hora después de celebrarse. Sin embargo, debido a la saturación, sólo se conocieron, y con retraso, los números que formaban la combinación ganadora.

El premio obtenido según la categoría no se pudo saber hasta la madrugada. De hecho, se tuvieron que hacer rectificaciones después de la comunicación oficial debido a algunos errores. El bote estaba tasado en 243 millones de euros, pero ascendió a los 250. En España, entre otros países, ni siquiera se informó de que sólo había un solo ganador en Austria por el colapso del sistema.

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