La ciudad de Ashiya, al sur de Japón, ha anunciado este sábado 4 de enero que ha fallecido la persona más longeva del mundo, Tomiko Itooka, a los 116 años de edad. Aunque se ha anunciado este 4 de enero, Itooka, que tenía cuatro hijos y cinco nietos, falleció el pasado 29 de diciembre. Tal y como ha informado el alcalde de Ashiya, lo hizo en la residencia de ancianos en la que vivía desde 2019.

La señora Itooka nació el 23 de mayo de 1908 en Osaka, una ciudad que no está muy lejos de Ashiya. Tras la muerte de la española María Branyas a los 117 años de edad el pasado mes de agosto de 2024, Itooka era la decana de la humanidad. «La señora Itooka nos ha dado valor y esperanza a lo largo de su vida», ha señalado el regidor de Ashiya, Ryosuke Takashima.

Itooka nació en una familia de tres hijos y, durante su juventud, fue jugadora de voleibol. A lo largo de su larga vida, ha experimentado guerras, pandemias y revoluciones. Durante su vejez, ha sido aficionada al Calpis, una bebida muy popular en su país natal, según ha afirmado el Ayuntamiento a través de un comunicado.

Japón atraviesa una crisis demográfica, con una población cada vez más envejecida. De hecho, el pasado mes de septiembre había casi 100.000 centenarios (95.000) en el país asiático. El 88% de ellos eran mujeres. Cerca de un tercio de los 124 millones de habitantes tiene 65 años o más.

A día de hoy, pues, la persona más longeva del mundo ha pasado a ser la monja brasileña Inah Canabarro Lucas. Tiene, también, 116 años, y se da la casualidad de que anció tan solo 16 días después que Itooka, según el Grupo de Investigación Gerontológica.

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