Hay una expresión muy famosa en redes de esas que un ‘boomer’ tarda tiempo y muchos post en entender. Se pone un sujeto y luego se dice “es mi Imperio Romano”. Esto quiere decir que se es fan de algo, que de ahí no se mueve esa persona. Pues bien, si hay alguien que sería el Imperio Romano de los que les gusta el fútbol duro (¿el más auténtico?) ese susodicho sería José Bordalás Jiménez, el entrenador del Getafe que a sus 60 años está en su cénit profesional gracias a un estilo discutido por gente como Pellegrini, entre otros, y no apto para estómagos sensibles pero muy querido por los ‘rajadores del balompié’.

Elegido mejor entrenador de Primera División por LaLiga en el mes de enero, Pepe o “el inventor del fútbol” como se le conoce entre sus adeptos ha llegado a las seis décadas en su plenitud física y mental con una legión de admiradores por su estilo rocoso. Nacido en una humilde familia numerosa en Alicante, tuvo que recoger sandías y trabajar casi desde que era un niño para aportar a la economía de la casa. Una mentalidad que luego trasladaría a su proyecto futbolístico como jugador en equipos modestos del Levante español y más tarde como técnico.

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Bordalás denunció ante la Policía Nacional amenazas en redes sociales hace una semana: “No estoy bien, es algo muy grave”. El entrenador del Getafe CF informó de que ha interpuesto “la pertinente denuncia ante la Policía” por las amenazas recibidas en las redes sociales tras el empate cosechado ante el FC Barcelona (1-1) recientemente en la LaLiga EA Sports, algo que el alicantino considera “muy grave” y por lo que no está “bien”.

Entrenador curtido en el fútbol de barro y en categorías del plomo, se ha recorrido toda España desde los años noventa con éxito en muchos casos y a equipo que coge mínimo compite. No obstante, su forma de ser y su estilo le han llevado a no ser el favorito de las direcciones deportivas y de los presidentes además de acarrearse muchos enemigos en otros clubes. Criticado por que sus conjuntos juegan al límite del reglamento, hacen muchas faltas y trapacerías para desconcertar a los rivales, en el Getafe ha encontrado su hogar en dos etapas distintas.

“Esto es fútbol, papá”

“Esto es fútbol, papá”, es una de las frases que llevan con su cara los hinchas azulones en referencia a “esto es lo que hay, amigo”. Bordalás a sus 60 años luce un porte más juvenil que hace unos años con su barba recortado, su nuevo peinado, sus gafas de pasta además de trajes refinados. En una parte de su cuerpo lleva tatuado el SPQR (Senatus Populusque Romanus) ya que desde joven está obsesionado con la historia antigua y con Roma en particular.

Su idea, según ha desvelado alguna vez, es que sus equipos jueguen como escuadrones romanos y dice que piensa en tácticas militares como si fuera Julio César. Sus biógrafos tuiteros oficiales en la red social X (especialmente @u_arroba Usuario Arroba) tendrán en cuenta seguramente todo para las ‘meditaciones de Pepe’ en un futuro como complemento a ‘Aviones y verbenas’. Entre sus logros está el de repescar a jugadores que ya parecen retirados, sacar a algunos de la calle o moldear a auténticos guerreros como Allan Nyom. Más que partidos lo suyo son películas de Sam Peckinpah.

Pone nervioso a más de uno y no ha venido al fútbol a hacer amigos. Eso sí, en el Getafe que es el equipo pop español con sus anuncios peculiares, sus historias a veces estrambóticas y ese tono de club de ciudad dormitorio de Madrid que no levanta pasiones más que en los ‘raros del lugar’, Bordalás es un auténtico emperador. A ritmo de bachata y de golpes en el pecho, enciende a sus centuriones. O lo odias, lo más habitual, o lo amas, si te va la marcha. Con Bordalás nunca hubo término medio: “this is fútbol, papá”.