La emblemática plaza de toros de La Malagueta albergó a partir de las 22.00 horas un espectáculo vibrante e íntimo. El evento cerró una intensa quinta edición del 101 Music Festival Costa del Sol, que combinó música de grandes artistas.

El coso estaba repleto de un público heterogéneo, desde nostálgicos acompañando la trayectoria de Pastora hasta fieles de su pop melódico y copla moderna.

La gira ‘Rosas y Espinas – 30 Años’ está diseñada como un relato audiovisual de su carrera. Sobre el escenario, Pastora Soler alternó momentos de voz desnuda con elaboradas puestas visuales, sumergiendo al público en su evolución artística, aunque le precedió Ginés González, cantante y compositor malagueño, quien ha participado en el programa ‘La Voz’.

La artista sevillana arrancó su actuación con copla: ‘Capote de grana y oro’ y luciendo una bata de cola, que siguió con ‘Triniá’ y ‘Torre de arena’.

Se proyectaron en la pantalla vídeos de programas de televisión con actuaciones de Pastora de niña y de adolescente, que ya apuntaba a ser una gran artista que se ha consolidado en estas tres décadas, mientras Pastora explicó sus impresiones, sus recuerdos y sensaciones en cada periodo de su trayectoria y sus discos.

Pastora Soler tuvo emotivas palabras con sus seguidores en la primera parte del concierto. “He tenido tantísimas ganas de esta cita con vosotros y me he emocionado mucho, porque si hay un lugar de esa niña y un sitio en el que se me arropa, se me quiere, ha sido Málaga. Mi primer club de fans es de aquí y he recorrido toda la provincia. Quiero que conozcáis un poquito más en todo este recorrido y por eso empiezo de esta manera tan fuerte porque la copla ha sido un pilar fundamental. Muchas gracias”.

Cada canción iba acompañada de anécdotas o reflexiones personales, haciendo del concierto un viaje emocional y musical que repasó sus inicios, sus éxitos más emblemáticos y su mirada hacia el futuro.

Éxitos como ‘I have nothing’, ‘No hay manera’, ‘Dámelo ya’ o ‘Corazón congelado’, estuvieron presentes, como la artista malagueña Diana Navarro, que se encontraba en la plaza.

Con ‘La mala costumbre’ se metió al público en el bolsillo cuando cantó entre sus seguidores en el ruedo, mientras sostenía una biznaga en una mano, y hasta se emocionó cuando acabó el tema y les habló rememorando a su familia y sus vínculos con Málaga.

Otro de los momentos de la noche fue la interpretación de ‘Quédate conmigo’, la canción con la que Pastora participó en Eurovisión en 2012, con un espectacular torrente de voz que emocionó a todos.

Después vinieron otras composiciones, como ‘Te despertaré’, y otro audiovisual con su voz en off, con el que revivió una de las peores etapas de su vida personal y profesional cuando se ‘apagó’ su voz de forma temporal que le obligó el pánico escénico, y que recuperó, según explicó desde el escenario y entre lágrimas, “gracias al amor de mi hija, de mi familia, y, sobre todo, al amor y el cariño de todos ustedes”.

Se despidió con ’30 veces’ y el cariño de sus seguidores, que la aclamaron. Pastora Soler no solo ofreció un concierto, sino un testimonio vivo y cercano de su vínculo con el público, de la fusión entre espectáculo y autenticidad. Como broche a un festival que reunió a artistas como Luis Fonsi, Coque Malla, Ara Malikian o Sara Baras, su presencia remató una línea ecléctica y cultural única, que mantuvo un ambiente con todos pegados al asiento o de pie bailando.

Una ceremonia musical que consolida a Pastora Soler como referente indiscutible de la canción española contemporánea. Finalizando sobre un escenario lleno de aplausos, dejó una sensación de gratitud compartida: tres décadas de música, historias y voces unidas bajo el cielo malagueño, que espera volver a ser testigo de una nueva edición del 101 Music Festival Costa del Sol el año que viene.

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