Noche gloriosa para el boxeo andaluz con la victoria de Samuel Molina sobre el francés Sandy Messaoud para retener el cinturón europeo EBU del peso wélter. La Esencia Molina no se anduvo con contemplaciones y lo dio todo ante el público de Málaga en una velada histórica por el recinto, un pabellón como el Martín Carpena vivió este Campeonato de Europa con tres cuartos de entrada. Eso sí, el galo lo puso muy difícil y la pelea tuvo que irse a los puntos: las cartulinas de los jueces decidieron la contienda por veredicto unánime.

Tras una velada con una decena de combates amateurs y profesionales, llegaba al filo de la medianoche el turno de Samuel Molina, que renueva su título continental con un combate histórico en su casa ante miles de espectadores y que lo sigue poniendo en las grandes ligas. Parafernalia habitual con música de la película ‘Rocky’ y las coplas habituales de arte urbano que inundan las veladas, sonaron los himnos (el británico por el ‘referi’, el francés por el aspirante Messaoud y el español por el local) y comenzaron las hostilidades de ambos boxeadores que dieron un espectáculo muy digno.

Y qué hostilidades. No dio tregua el contrincante francés, con ritmo y envergadura y enturbiando el ring. Aprovechó esos ligeros nervios de Samuel Molina para llevar la pelea a los puntos y mantener en vilo al público. Pero la inteligencia es uno de los puntos fuertes del chico de oro de Cártama, que se fue sacudiendo ese juego mental y a mitad del combate fue combinando más veces y sumando los asaltos a su cuenta. Los tres jueces, al final, deliberaron con un 116-112, 116-112 y 115-113, por lo que el combate fue más estrecho de lo que puede parecer.

Lo puso complicado el francés y la prueba es que el calzón blanco de La Esencia acabo rojizo por la sangre. Eso sí, los golpes duros y que desequilibraron la balanza fueron todos del púgil que ejercía de local, que acostumbra a los contragolpes y a sacar sus martillazos. Solamente una vez el francés, pasado el ecuador del combate, puso el «uy» con un contraataque que impactó en el rostro del malagueño.

No obstante, fue merecida la victoria de un Samuel Molina que se abrazó nada más sonar la campana del último asalto junto a su equipo de la Saga Heredia, los promotores de esta velada importante para la ciudad. Tiene 25 años y hay Esencia para rato, puesto que es tanto todavía lo que tiene por conquistar este dos veces campeón de Europa EBU del peso wélter. Quizás un combate más, otra defensa y otra pelea para subir en el ranking, y después ya esperen los Estados Unidos.

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